Sobre mí

Mi historia

¡Hola! Soy Laura.

En cada receta guardo un recuerdo, una anécdota.

Empecé a cocinar a la edad de 10 años. Veía a mi madre preparar los
pasteles para los cumpleaños y me fascinaba ver cómo mezclaba los
ingredientes, cómo esa pasta chocolatosa se convertía en un bizcocho
húmedo, perfumado y esponjoso.

Sigo las recetas de mis abuelas, tías y de las personas que fui
conociendo a lo largo de la vida y que me heredaron sus tesoros.

Las de mi abuela Carlota, que fue una gran pastelera. Me hubiera
gustado tanto conocerla! O las de mi tía Margarita, en su casa siempre
había algo rico. Su crostata de coco y dulce de leche… ahhh… cada
vez que la recuerdo, la veo acercarse con sus ojos pícaros diciendo:
¿“Cómo anda Doña Laury”? Su dulzura atravesaba la cocina, se
impregnaba en la harina y llegaba directo al corazón con sus postres y
pasteles.

Como decía, empecé a cocinar a la edad de 10 años y unas cuantas
décadas más tarde, logré convertir esas recetas en algo tangible para
compartirlas con todo el mundo.

Y así nació La Petitoneta, una pequeña pastelería casera. Un lugar para
reencontrarse con esos sabores que se guardan en la memoria.

En La Petitoneta cada pieza es diferente, no hay dos iguales. Pastelería
casera y auténtica, como la de mis abuelas y tías.

Selecciono los ingredientes cuidadosamente porque considero que la
materia prima de calidad, es la base de una pastelería deliciosa. Utilizo
productos de temporada y materia prima de productores locales,
siempre que sea posible. La carta consta de pasteles, tartas y postres
de diferentes rincones del mundo. Mi misión es que te lleves a casa un
producto de excelente calidad y que cada bocado sea una fiesta para
tus sentidos.

Pastelería para compartir, disfrutar y sonreír.

En cada receta guardo un recuerdo, una anécdota.

Empecé a cocinar a la edad de 10 años. Veía a mi madre preparar los
pasteles para los cumpleaños y me fascinaba ver cómo mezclaba los
ingredientes, cómo esa pasta chocolatosa se convertía en un bizcocho
húmedo, perfumado y esponjoso.

Sigo las recetas de mis abuelas, tías y de las personas que fui
conociendo a lo largo de la vida y que me heredaron sus tesoros.

Las de mi abuela Carlota, que fue una gran pastelera. Me hubiera
gustado tanto conocerla! O las de mi tía Margarita, en su casa siempre
había algo rico. Su crostata de coco y dulce de leche… ahhh… cada
vez que la recuerdo, la veo acercarse con sus ojos pícaros diciendo:
¿“Cómo anda Doña Laury”? Su dulzura atravesaba la cocina, se
impregnaba en la harina y llegaba directo al corazón con sus postres y
pasteles.

Como decía, empecé a cocinar a la edad de 10 años y unas cuantas
décadas más tarde, logré convertir esas recetas en algo tangible para
compartirlas con todo el mundo.

Y así nació La Petitoneta, una pequeña pastelería casera. Un lugar para
reencontrarse con esos sabores que se guardan en la memoria.

En La Petitoneta cada pieza es diferente, no hay dos iguales. Pastelería
casera y auténtica, como la de mis abuelas y tías.

Selecciono los ingredientes cuidadosamente porque considero que la
materia prima de calidad, es la base de una pastelería deliciosa. Utilizo
productos de temporada y materia prima de productores locales,
siempre que sea posible. La carta consta de pasteles, tartas y postres
de diferentes rincones del mundo. Mi misión es que te lleves a casa un
producto de excelente calidad y que cada bocado sea una fiesta para
tus sentidos.

Pastelería para compartir, disfrutar y sonreír.

Bienvenidxs a La Petitoneta!!